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Proyecto Pastoral

PROGRAMACIÓN DEL CURSO PASTORAL 2011/2012 PARROQUIA NTRA. SRA DE BELÉN


PROGRAMA PASTORAL PARA EL CURSO 2011/2012. LEMA: “Ven y sígueme

OBJETIVO GENERAL DE LA DIÓCESIS: Revitalizar la comunidad parroquial cuidando especialmente “la inspiración vocacional” de toda la pastoral.

OBJETIVO PARROQUIAL: Ponernos toda la comunidad a la escucha del Señor que nos llama a descubrir nuestra vocación de bautizados, para continuar la tarea del reino con nuestra vida y con nuestro trabajo pastoral.

LÍNEAS GENERALES DE ACCIÓN:
• Abundar en el tema de la vocación bautismal en las charlas, conferencias, retiros espirituales a la comunidad parroquial y a los grupos de pastoral.

• Cuidar durante el curso todo lo referente a la expresión icónica, como son carteles y posters donde se recuerde la importancia del bautismo en la vida del creyente.

• Recordar y renovar el compromiso bautismal en las misas del Bautismo del Señor y de la Vigilia Pascual.




• Hacer convocatoria para el IIº grupo de Catecumenado de Adultos, e ir preparando a alguna persona para ser catequista del Catecumenado.

• Invitar a los miembros de la comunidad parroquial a cuantas iniciativas surjan en la diócesis para alimentar la espiritualidad: ejercicios espirituales para laicos, retiros, cursillos de cristiandad.

• Potenciar la pastoral vocacional en el grupo de monaguillos, invitando a conocer el pre-Seminario.

• Potenciar la visita al Santísimo Sacramento por las mañanas. Seguir invitando a la comunidad a cultivar la amistad con Jesús.

JUSTIFICACIÓN:
En sintonía con el Plan Diocesano de Pastoral, que nos invita a descubrir la vocación a la vida cristiana, nuestra parroquia como comunidad de bautizados, quiere ponerse en actitud de escucha para descubrir la llamada que el Señor nos hace desde el bautismo, y profundizar en las consecuencias espirituales, pastorales y sociales que brotan de tal llamada. La Iglesia y cada cristiano es un llamado por Dios a realizar una misión en el mundo. Para realizar tal misión, hemos de ser conscientes de la vocación, de la llamada que Dios nos hace para comprometer nuestra vida en favor del Reino. Estamos convencidos de que los cristianos de hoy no podemos limitarnos a no hacer el mal, hemos de esforzarnos en construir el bien. Una cosa nos falta todavía: descubrir la llamada que el Señor nos hace a seguirle. Cada cristiano de nuestra comunidad parroquial ha de hacer suya la invitación de Jesús: “Ven y sígueme”.

TEXTOS:
Evangelio Mc 10,21

“Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.

Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.

Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”.

Verbum Domini nº 77: Palabra de Dios y vocaciones

77. El Sínodo, al destacar la exigencia intrínseca de la fe de profundizar la relación con Cristo, Palabra de Dios entre nosotros, ha querido también poner de relieve el hecho de que esta Palabra llama a cada uno personalmente, manifestando así que la vida misma es vocación en relación con Dios. Esto quiere decir que, cuanto más ahondemos en nuestra relación personal con el Señor Jesús, tanto más nos daremos cuenta de que Él nos llama a la santidad mediante opciones definitivas, con las cuales nuestra vida corresponde a su amor, asumiendo tareas y ministerios para edificar la Iglesia. En esta perspectiva, se entiende la invitación del Sínodo a todos los cristianos para que profundicen su relación con la Palabra de Dios en cuanto bautizados, pero también en cuanto llamados a vivir según los diversos estados de vida. Aquí tocamos uno de los puntos clave de la doctrina del Concilio Vaticano II, que ha subrayado la vocación a la santidad de todo fiel, cada uno en el propio estado de vida.

En la Sagrada Escritura es donde encontramos revelada nuestra vocación a la santidad: « Sed santos, pues yo soy santo » (Lv 11,44; 19,2; 20,7). Y san Pablo muestra la raíz cristológica: el Padre « nos eligió en la persona de Cristo –antes de crear el mundo– para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor » (Ef 1,4). De esta manera, podemos sentir como dirigido a cada uno de nosotros su saludo a los hermanos y hermanas de la comunidad de Roma: « A quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo » (Rm 1,7).

ORACIÓN

Señor Jesús,
danos una comunidad abierta, confiada y pacífica,
invadida por el gozo de tu Espíritu Santo.

Una comunidad entusiasta,
que sepa cantar a la vida,
vibrar ante la belleza,
estremecerse ante el misterio
y anunciar el Reino de tu amor.

Que llevemos la fiesta en el corazón,
aunque sintamos la presencia del dolor
en nuestro camino,
porque sabemos que tú
eres un Dios de vida
y has vencido el dolor y la muerte.

Que las tensiones no nos acobarden,
ni nos ahoguen los conflictos
que puedan surgir entre nosotros;
porque contamos, en nuestra debilidad,
con la fuerza creadora y renovadora
de tu Espíritu entre nosotros.

Regala, Señor, a esta familia tuya,
una gran dosis de buen humor
para que sepa desdramatizar situaciones difíciles
y sonreír abiertamente a la vida.
Haznos expertos en deshacer nudos
y en romper cadenas,
en abrir surcos y en esparcir semillas;
en curar heridas
y en mantener viva la esperanza.

Y concédenos ser,
con nuestro comportamiento sencillo y cercano,
testigos y profetas de la verdadera alegría,
la que tú nos das,
en un mundo abatido por la violencia y la tristeza.

PRECES

1. Para que nuestra comunidad viva su vocación bautismal de ser pueblo de Dios. Roguemos al Señor . . .

2. Para que todos los llamados a la vida matrimonial puedan responder generosamente a la gracia del Señor en el servicio de los demás. Roguemos al Señor . . .

3. Para que los jóvenes de hoy sean conscientes de la presencia de Dios y de Su amor en sus vidas y que sus corazones sean abiertos a Su llamado. Roguemos al Señor . . .

4. Para que nuestra comunidad Ntra. Sra. de Belén sea bendecida con personas comprometidas en trabajar por la justicia en la sociedad. Roguemos al Señor . . .

5. Para que los jóvenes puedan responder a la invitación de Jesús que dice “Ven, sígueme”, dedicando sus vidas como sacerdotes, diáconos, hermanas y hermanos en la Iglesia. Roguemos al Señor . . .

6. Para que todos los padres a través de sus vidas y ejemplo animen a sus hijos a aceptar la vocación misionera al mundo. Roguemos al Señor . . .

7. Para que el Señor de la cosecha envíe a su Iglesia más trabajadores para servirlo a Él y a su pueblo en diversos ministerios. Roguemos al Señor . . .

8. Que nuestra comunidad viva su vocación bautismal de ser Pueblo de Dios y discípulos de Jesús. Roguemos al Señor . . .

9. Que hombres jóvenes y adultos de la comunidad respondan al llamado de Jesús dedicando su vida como sacerdotes o diáconos diocesanos en unión con el obispo. Roguemos al Señor . . .

10. Que mujeres respondan con fidelidad al llamado radical de Jesús de seguirlo como religiosas consagradas en una vida de pobreza, castidad, y obediencia. Roguemos al Señor . . .

11. Que miembros de nuestra parroquia sean generosos en seguir a Jesús como religiosos, sirviendo en la Iglesia y a las necesidades del mundo. Roguemos al Señor . . .

12. Que hombres, mujeres y familias oigan el llamado de Jesús “Vayan al mundo entero” y respondan como misioneros laicos, sacerdotes, hermanos y hermanas. Roguemos al Señor . . .

13. Que mujeres y hombres laicos se den cuenta de las necesidades que existen dentro de nuestro país y respondan con amor como voluntarios laicos en la Iglesia. Roguemos al Señor . . .

14. Que familias, parroquias, organizaciones y movimientos católicos promuevan y animen a hombres y mujeres en el discernimiento de una vocación dentro de la Iglesia, especialmente de servicio por la vida. Roguemos al Señor . . .

15. Que nos animemos unos a otros en nuestras diversas vocaciones cristianas para servicio en la Iglesia. Roguemos al Señor . . .

16. Por los apostolados y ministerios que ayudan a fortalecer familias, parroquias y movimientos apostólicos, Roguemos al Señor ...

17. Para que familias y comunidades católicas animen a los llamados a server en la Iglesia: como sacerdotes, diáconos y ministros, para servir en las parroquias de nuestra diócesis. Roguemos al Señor ...

18. Que familias y comunidades católicas animen a los llamados a server en la Iglesia - como sacerdotes, hermanos y hermanas religiosas para los diversos ministerios de la Iglesia. Roguemos al Señor . . .

19. Para que en nuestra parroquia haya familias santas y movimientos católicos buenos, Roguemos al Señor . . .

20. Por el sentimiento y la energía para servir a los demás, Roguemos al Señor . . .

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