INFORME SOBRE LAS CONCLUSIONES
DE LOS TRABAJOS DE GRUPO
EN LA JORNADA DE CATEQUISTAS 2013 EN ELDA
El
domingo 3 de marzo se celebró la Jornada de catequistas en la ciudad de Elda,
bajo el lema: “Celebrar el don precioso de la fe”. Se formaron 80 grupos de
trabajo que reunía a catequistas de 104 parroquias de la diócesis que
participaron en dicho evento. He aquí las conclusiones de los grupos de trabajo.
1. ES
TAREA DE LA CATEQUESIS SUSCITAR Y FAVORECER LA CONVERSIÓN
a) ¿Está
presente en nuestra tarea catequética?
La mayoría
de los grupos han respondido que la conversión sí está presente en la
catequesis como algo esencial y fundamental.
No se entendería la catequesis sin la conversión que la precede y la
acompaña. Se apunta también que la conversión se ha de adaptar a la mentalidad
del niño/a o del joven, por ello se ha de pensar en una conversión gradual respetando siempre la madurez de los
catequizandos.
Se
piensa la conversión desde una catequesis enfocada como “primer anuncio”, es
decir, suscitando deseos de conocer a Jesús y de ser su amigo. Muchos grupos
relacionan fe y conversión, y apuntan que si no hay conversión, no es fecunda
la transmisión de la fe. Algunos grupos
relacionan la conversión con el seguimiento a Jesús que brota del sacramento
del bautismo. Otros tratan de concretar en qué consiste esa conversión que
suscita la catequesis y la explican como un llevar a la práctica en nuestra
vida diaria el Evangelio de Jesús, no reduciéndose la catequesis a una mera
información de Jesús.
Muchos
grupos relacionan la conversión, que la catequesis propicia, con el testimonio
de los padres y los catequistas. La conversión que queremos fomentar en la
catequesis ha de ir acompañada del testimonio de la familia y de la comunidad
cristiana. Algunos grupos se quejan de la falta de testimonio por parte de los
padres. Se pide también la conversión de los catequistas para realizar una
buena tarea catequética.
Se
subraya la importancia de unificar criterios a la hora de organizar la
conversión en los diferentes pasos que los niños y jóvenes van dando a lo largo
del itinerario catequético.
b) ¿En
qué consiste la conversión que señala el papa?
A
partir del bautismo es una tarea permanente de renovación hasta el final de
nuestra vida. Es una conversión personal desde la fe que nos conduce a vivir en
plenitud. Es tener un encuentro personal con Dios y dar testimonio de él, con
nuestra vida, palabras y obras. Es la plenitud de amor que Jesús nos ofrece con
su muerte y resurrección. Una catequesis que no está marcada con la conversión
no tiene posibilidad de una auténtica maduración de la fe.
c) ¿La
proponemos a nuestros catequizandos?
Todos
los grupos confiesan que la propuesta de la conversión está presente en sus
catequesis. Para los catequistas esto significa que la catequesis no se queda
en una mera información de contenidos que hay que conocer, sino que esos
contenidos van calando en el interior de
los niños, jóvenes y adultos, llegando a cambiar y a transformar sus pensamientos,
actitudes y hábitos. La catequesis, pues, se entiende como una forma de ser cristiano
y de vivir en la Iglesia. Proponer esta conversión comporta también por parte
de la catequesis traducir el mensaje evangélico a la vida cotidiana, a
comportamientos de vida, expresado todo a partir del ejemplo de vida del
catequista y la comunidad cristiana. Apuntan también que en cada curso de
catequesis se trabajan estrategias para ayudar a dicha conversión. Algún grupo constata lo difícil que resulta
proponer la conversión a nuestros niños precisamente porque el ambiente de
familia y de la sociedad no acompaña a esta conversión que pide el evangelio.
d) ¿En
qué se nota?
En el
cambio personal que se va viendo en el niño y en el joven mientras realiza su itinerario
catequético. En la coherencia y en la fidelidad. Se nota no tanto en palabras,
sino en hechos que llenan de satisfacción la vida del catequista. Se nota en la
madurez que muestra el catequizando. Signos de su conversión son también el
interés que muestran los niños en los temas de religión, en su actitud de
responsabilidad, en su amistad con Jesús que va creciendo, en la asistencia a
la Eucaristía. Ciertamente, el tema de la conversión está condicionado a la
familia y al ambiente que rodea al niño y al joven.
2.
ES TAREA DE LA CATEQUESIS ROBUSTECER LAS
ACTITUDES DE FE
a)
¿Consideras que tu catequesis trabaja por
crear mentalidad de cristiano, desemboca en un seguimiento de Jesús?
Todos
los grupos contestan afirmativamente y de forma satisfactoria porque el fin de
la catequesis es crear mentalidad de cristiano. Con la Palabra de Dios
anunciada y explicada en la catequesis se intenta ir configurando al cristiano
e invitándolo al seguimiento de Jesús. Muchos grupos señalan la importancia de
enseñar a los catequizando a amar a Jesús para ser como Jesús y seguirle.
Algunos catequistas constatan lagunas en esta tarea, reconocen la dificultad de
crear esta mentalidad cristiana. Reconocen también que en algunas ocasiones no
están preparados para saber responder a las preguntas e inquietudes que los
catequizandos les plantean.
b)
¿Eres catequista esperanzado en la fuerza y el
poder del Señor?
Se
reconocen catequistas de esperanza apoyados en la gracia y en el poder de Dios
para el que nada hay imposible. Juega un papel importante el apoyo de los
compañeros en la catequesis y del sacerdote para trabajar esperanzados. Son
conscientes de las dificultades, pero la esperanza puesta en Dios les hace
superarlas. La esperanza que vive el
catequista hay que traducirla también en gestos concretos en la catequesis: la
alegría, las dinámicas de juegos. Sobre todo la música y la canción son
transmisoras de esperanza y hay que utilizarlas mucho en la catequesis.
c)
¿Cómo está presente la caridad en tu
catequesis? ¿en qué se nota?
La
caridad forma parte importante de la catequesis, no tanto como conocimiento
teórico, sino en la práctica del día a día: perdonando, queriendo, ayudando,
compartiendo. Los niños saben que Jesús
valora mucho la caridad y ellos se esfuerzan como Jesús. Se presenta el ejemplo
de una parroquia en donde los niños va guardando cada semana un euro de sus
ahorros y al mes lo lleva a la parroquia en forma de alimento o para
depositarlo en la colecta. Son gestos sencillos, pero concretos, que educan a
la vivencia de la caridad y del compartir con los demás.
3.
ES TAREA DE LA CATEQUESIS GARANTIZAR UN
CONOCIMIENTO ADECUADO DE LOS CONTENIDOS DE FE
a) ¿Se
ha trabajo en tu parroquia la catequesis preparatoria a la Jornada sobre el
Catecismo de la Iglesia Católica?
Una
gran mayoría reconoce que sí han trabajado la catequesis preparatoria sobre el
Catecismo a través de reuniones periódicas. Valoran el apoyo que han encontrado
en el sacerdote para explicarles la catequesis. Algunos señalan que sí se ha
trabajado, pero no con la profundidad que les hubiera gustado. Otros, los
menos, confiesan no haber trabajado la catequesis preparatoria.
b) ¿qué
ha supuesto para ti?
La
gran mayoría responde que acercase al Catecismo en el Año de la fe ha supuesto un
enriquecimiento y un regalo. Un reencuentro con Dios en sus vidas. Han
descubierto de forma sorprendente que el Catecismo no es un libro rígido sino
un libro pastoral. A través de él se puede uno encontrar con Jesucristo en su
Iglesia. Su fe se ha fortalecido en la
lectura y acercamiento a las páginas del Catecismo. Ha supuesto redescubrir los
contenidos de la fe. Un grupo señala lo difícil que resulta el material por ser
muy técnico y de elevado nivel teológico.
4.
ES TAREA DE LA CATEQUESIS EDUCAR PARA EL
COMPORTAMIENTO CRISTIANO
a) ¿Cuál
de estas dimensiones está más presente y cuál más olvidada en tu catequesis?
Las
dimensiones más presente son la escucha y el anuncio de la Palabra de Dios, la
fraternidad y la generosidad, el servicio y la vida comunitaria
Las
dimensiones más olvidadas: la oración, la caridad, la Eucaristía, la lectura de
la Biblia.
b) ¿Qué
podemos hacer por mejorarlas en la catequesis?
No
cerrarse a sugerencias que surgen al compartir con otros catequistas, por
ejemplo, en la Jornadas de catequistas. Abrir estas dimensiones de la
catequesis a las familias para que participen. Solicitar la ayuda de Dios para
que nuestra tarea sea humilde y venga de Él. No olvidar la oración que es el
alimento de la catequesis. Hacer más vivencial el conocimiento que enseñamos y
transmitimos. Ayudar a los niños a descubrir su vocación. Insistir más en la
importancia de la Eucaristía en la vida de los catequizandos. Hacer una
catequesis más dinámica, con actividades fuera de las sesiones de catequesis.