Testimonio de una catequista
Una de mis asignaturas pendientes, queel Señor tenía prevista para mí, con la Iglesia,era la labor de DAR a los niños con el catecismo, el agua de la vida eterna.
De modo que, este es mi primer año como catequista de post comunión. Pero al igual que intentamos transmitir la palabra dejándonos inspirar por el Espíritu Santo, también nos es necesaria una formación especial en el conocimiento de la misma, que nos ayude, principalmente a descubrir la vida como un Don que recibimos de Dios y, por tanto, amarla. Éste es el principal objetivo del que debemos percatarnos. A este proceder se le denomina cultura de la vocación.
Después, reflexionar sobre el motivo por el que estamos aquí. Si en verdad creemos en Dios y en la misión pensada para con cada uno de nosotros en esta vida¡busquémosla! y una vez hallada,estemos dispuestos a cumplir y entregarnos a su voluntad.
Resulta difícil salir de nuestros “egos” (yo) y autopreocupaciones, pero¿cómo definir esa sensación cuando nos abrimos al necesitado? eso es ser verdaderos humanos,y nos acerca a Dios.
Para avanzar hacia la santidad recibimos el apoyo de los Santos; expresamente como gran ejemplo de vocación catequética tenemos a San Pablo. Cuya fortaleza, valentía y gracia de Dios lo ha movido a conquistar tantas almas hasta hacerllegar el evangelio a nuestros días.
Centrándonos en la vocación de catequistas, tenemos la misión de transmitir la Fe con alegría porque confiamos en el Señor.Pero aparecen obstáculos que nos empañan la mirada impidiéndonos ver con claridad y,tropezamos; entonces nos asaltan las dudas… en esos momentos el paño de la misericordia de Dios elimina esa brisa que nos paralizaba.
Nuestra referencia principal es Jesús, así mismo, puliendo nuestra alma de las capas de (egoísmo, orgullo, rencor, envidia…) que cubren el núcleo principal de nuestra esencia, podremos ser también nosotros un modelo espiritual para los demás.
¡Señor que en mí te vean a ti!
Olga Pérez
0 comentarios:
Publicar un comentario